Opinión de Julián Capera sobre Farías, Marcela Gómez y la crisis deportiva del América de Cali.
No van ni dos meses de la temporada 2024-I y las cuerdas que sostienen el telón están ya a punto de reventarse. Algo le echaron a esa herida y huele y luce peor. Es apenas la primera semana de marzo y el semestre del América de Cali- un equipo siempre obligado por su historia y su hinchada- tiene mucha pinta de acabar temprano.
El director técnico tiene una buena porción de responsabilidad, así intente zafarse diciendo que él no conformó la nómina. Aunque sea cierto, suena como el chef que entra a una nueva cocina llena de ingredientes buenísimos y cuando se le quema el plato principal le echa la culpa a quien mandó a comprar las verduras.
Fue una de las primeras decisiones de Marcela Gómez , tras instalarse en la presidencia del equipo. Y lo que parecía el arranque de una buena gestión que se inauguraría con un golpe de opinión , ha sido más bien todo lo contrario. No vino Vidal y tampoco Ricardo Gareca, a quien anunciaron como el elegido en medio de una negociación que no estaba cerrada. Echaron a Lucas y no tenían el sí de su reemplazo.
‘Ganar’, el verbo que tan fácil desenfundó Marcela, es el que menos ha logrado conjugar su nuevo técnico. Y el rasponcito con el que empezó esta historia ya pide a gritos puntos de sutura, puntos en la tabla de posiciones.